Nieto de Popupou e hijo de Adrie, rey del barro, Señor de Flandes, conquistador de Siena, príncipe del BTT, soldado del Tour. El que todo lo puede. Como si de uno de los personajes de la mítica Juego de Tronos se tratara, a Mathieu van der Poel se le puede destacar por muchísimas cosas.
Wout van Aert irrumpió en el panorama internacional del ciclocross con la misma contundencia como lo hizo, pocos años más tarde, en el ámbito rutero. Lo hizo, además, en el momento en el que la afición belga más le necesitaba: cuando el abismo del vacío que dejaban el abuelo Sven Nys y el prematuramente retirado Niels Albert se abría ante una nación en la que el ciclocross es religión y que, en aquel invierno de transición entre 2014 y 2015 tenía a Kevin Pauwels, ganador a la postre de la Copa del Mundo, a su principal valedor.
